sábado, 3 de mayo de 2008

Moriturus te saluta

Estimado Paco:
Hace unos meses, en LNE, el abad de Silos se lamentaba de la ausencia de educación para afrontar la muerte:”El día más feliz de nuestra vida”, proclamaba. Declaraciones tan radicales como las del padre Clemente suscitan razonables dudas: ¿Realmente el benedictino está convencido de sus categóricas afirmaciones o nos hallamos ante un destello de “poética religiosa”? ¿Será tan solo un guiño para un titular periodístico-monástico? Bien es cierto, que, como él mismo relata, en cuestiones de fe, (así como en los estados gestantes), no caben las medias tintas. Si es cierto que cree en lo que afirma, (categoría intelectual le sobra para la presunción de sinceridad), vaya mi admiración sin reservas ante su convencimiento, ya que, en mi ignorancia, esto del “último trance” me produce de todo menos alegría. No es que tenga yo miedo a la parca, no; Sólo que, como dice nuestro “gafi-roto” de Milicias, no me gustaría estar allí cuando ocurra…
La reflexión de ser fácilmente sustituible, (fungible, desechable), se convierte en circular y rebrota (y rebota) en la mente cada cierto tiempo. Con intermitencias, he leído bastante (algo) sobre el tema, ya sea en su vertiente médica, filosófica, teológica, física,…pero me da la sensación que casi todos los estudios se limitan al análisis del problema sin ofrecer opciones resolutivas del conflicto, si exceptuamos esos “agujeros de avestruz” de las autoayudas, que al final siempre sugieren obviar el “hoyo” para concentrarse en el “bollo”.
He mirado cara a cara a la muerte algunas veces . En los hospitales (fui médico de Urgencias una década), y en los tanatorios (con amigos y familiares), consumí bastantes minutos de reflexión “contemplativa” de los cadáveres, aunque nunca obtuve de los interesados ni un solo gesto que mitigase mi desasosiego, ni la más mínima señal, un mutismo absoluto...
Quizás, admirado Paco, hayas sobrepasado mi etapa de novicio y te encuentres en una fase de “búsqueda avanzada” .Tal vez me puedas orientar, o al menos sugerir algún atajo a mis pesares . Acaso pienses que es mejor soslayar lo irremediable, lo que indicaría una base, consciente o no, de aceptación…
Saludos cordiales
Tordon

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