Mi vecina de Avilés, Mª José, dueña de la inmobiliaria “Abara” ha decidido diversificar su nicho de mercado (“nicho” siempre suena a cadáver) y ampliar su oferta de negocio con la puesta en marcha de una agencia matrimonial y un servicio de escuchas. ”Por 300 Euros, 10 citas”, proclama su publicidad, añadiendo en letra pequeña que se proporcionará al cliente asesoramiento psicológico, jurídico e incluso,- si se requiriera-, sexológico. En cuanto al servicio de escuchas, los empleados se limitarán a poner la oreja frente al cliente, sin ayudas psicológicas:”Queremos un servicio de calidad, nada de consejos, a lo sumo podemos ofrecer al interesado un refresco mientras habla” -explica la dinámica emprendedora .Y este vis a vis se podrá conseguir al módico precio de 5 euros la media hora, aunque está disponible un pack económico de “8 euros/ hora” para los más locuaces.
“En épocas de crisis, la gente necesita más cariño”,-justifica la afanosa empresaria.
También comenta la posibilidad de organizar en su empresa actividades para parejas que quieran romper la monotonía, pero no especifica cuál es el alcance de dicha iniciativa.
Oficinas, alquileres, escuchas, fincas, adosados y medias naranjas: Todo a disposición del cliente de manera simultánea, con el aliciente de la confidencialidad a la hora de acudir a su empresa:”Nadie sabe si alguien entra aquí para encontrar pareja o para buscar un piso”-puntualizó la intrépida negociante
Tampoco especifica, en caso de disyuntiva “piso o pareja”, cuál de las dos opciones soporta las mayores hipotecas.
A mí me ha convencido su iniciativa, y le he pedido que me escuche una hora, me consiga una cita con la Jolie y me busque un pisito céntrico y barato.
Pero me ha dicho que esto último es absolutamente imposible.
“En épocas de crisis, la gente necesita más cariño”,-justifica la afanosa empresaria.
También comenta la posibilidad de organizar en su empresa actividades para parejas que quieran romper la monotonía, pero no especifica cuál es el alcance de dicha iniciativa.
Oficinas, alquileres, escuchas, fincas, adosados y medias naranjas: Todo a disposición del cliente de manera simultánea, con el aliciente de la confidencialidad a la hora de acudir a su empresa:”Nadie sabe si alguien entra aquí para encontrar pareja o para buscar un piso”-puntualizó la intrépida negociante
Tampoco especifica, en caso de disyuntiva “piso o pareja”, cuál de las dos opciones soporta las mayores hipotecas.
A mí me ha convencido su iniciativa, y le he pedido que me escuche una hora, me consiga una cita con la Jolie y me busque un pisito céntrico y barato.
Pero me ha dicho que esto último es absolutamente imposible.
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