domingo, 8 de enero de 2012

LAS MUJERES SON UNAS INTERESADAS

¡Quietas-paradas! Enfundad vuestros rodillos de cocina, estimadas blogueras, y retirad el cuchillo jamonero de los dientes, que no es este humilde Coma-Andante el que hace tal afirmación.
Porque la sentencia que titula esta entrada es la conclusión a la que llega el informe publicado hace unos días por "Procter&Gamble", una conclusión basada en datos recogidos por todo el territorio nacional.
Según este esclarecedor estudio, el 81% de las mujeres españolas (86% en las mayores de 33 años) priman la posición económica de su compañero sentimental sobre el atractivo físico (19%).
¡Y yo que pensaba que mi novia estaba conmigo por mis piernas fornidas, mi tableta de abdominales y mi trasero respingón…!

Pues ya estoy pensando en invertir el dinero del gimnasio en acciones de alta rentabilidad...

Y desde que he leído eso, y como soy un poco aprensivo y cartesiano, ya no encuentro el momento de preguntarle a mi pareja cual es el motivo por el que se digna estar a mi lado.
Porque fijate tú, si , en un arranque de sinceridad, le da por decirme la verdad…
Es que esto de sincerarse con la pareja tiene un porcentaje de riesgo notable, y más en un caso como el mío en el que los antecedentes son disuasorios:
El otro día, que estaba yo un poco mimosón, me quejaba amargamente del poco caso que me hacía. Con cara de cordero degollado le susurré:


-…¡Pero si estoy seguro de que quieres más al gato que a mí…!

Ella, con esa mirada tierna de la que solo son capaces las mujeres, me respondió con dulzura:

-Que no, tontín, que os quiero lo mismo…

¡Lo mismo!
Eso pasa por preguntar…



PD:Debido a que durante las Navidades me he dedicado al jolgorio y el desenfreno, tengo un montón de trabajo atrasado y me temo que mis compromisos profesionales me van a tener alejado del blog una temporadita.

Sed buenos y felices -valga la redundancia- y sobre todo,¡no me olvidéis!

miércoles, 4 de enero de 2012

CARTA BLOGUERA A LOS REYES MAGOS

Como este año he sido muy bueno- (¡como oiga una risita empiezo a repartir collejas!)- he escrito una carta a los Magos de Oriente para que- además del carbón y la corbata - me traigan las siguientes cosas:
Que este submarino no se vaya a pique durante el próximo 2012.
En consecuencia, que no suba el precio del gasoil para submarinos.
Que mi tripulación siga siendo - como hasta ahora- simpática, guapa, educada, culta, ingeniosa y -como su jefe- poco pelotas.
Que, además, se den cuenta de que la belleza está en el interior y no me pidan aumento de sueldo.
Que mis entradas sean medianamente interesantes. (Eso ya lo pedí el año pasado y me contestaron que ellos eran los “Reyes de Oriente”, no “el Mago de la lámpara de Aladino”)
Que mis entradas sean cortas.
Que -los que las lean- lleguen al menos a la tercera línea antes de darse de cabezazos contra el portátil, jurar en arameo, renegar de las redes sociales y despotricar de las nuevas tecnologías.
Que tenga muchos comentaristas.
Que cuando conteste a los anteriormente citados, estos no tengan un blog especializado en “el canto de los jilgueros en cautividad”, porque en ese caso no comentaré ni pio.
Que no me escriban los anónimos que me ponen a parir.
Bueno…, mejor que no me escriban los anónimos.
Que pueda subir videos a Blogger en menos de cinco horas.
Que me hagan un comentario en chino (Con traducción ¿eh?)
Que no me toque correr el año que viene en el pelotón de nudistas de la S. Silvestre .
En su defecto, que me toque el pelotón de nudistas en el que va la Jolie.
Que quede por delante de Conguito.
Que Luisito el Sidreru ¡por fin! se empadrone en una ciudad como Dios manda.
…¡Ah!, y un corrector de Word para Mega-Silvo y un secador de pelo para Dédalus…


Bueno, la lista es mucho más larga, pero no quiero ser avaricioso y dejar algo para el resto de blogueros…


Y a vosotros, -que también habéis sido buenos (ejem, ejem),- estoy seguro de que os traerán muchas cosas


Pero no se las pidáis a los Reyes, sino al yerno, al Undargarín, que es el que tiene la pasta…

martes, 3 de enero de 2012

AÑO NUEVO, LLORIQUEOS VIEJOS

No sé si serán los cambios bruscos de temperatura invernales, o que mis defensas están bajas, o que los mazapanes me han hecho trizas el corazón, pero lo cierto es que ayer, cuando contemple este vídeo, tuve que repetirme tres veces en voz alta ese archiconocido eslogan :“¡Coño, Tordon, los hombres no lloran”.

¿Qué pasa, insensibles criaturas, no os lo creéis? ¡Que yo también tengo mi corazoncito!

Y ya es bastante triste que nos emocione un comportamiento que debería ser el habitual.

Porque debemos recordar, estimados blogueros, que si estamos unidos en el rebaño, obligaremos al león de la vida a acostarse con hambre…




Porque, después de todo, solo nos tenemos los unos a los otros...

domingo, 1 de enero de 2012

SAN SILVESTRE, ORA PRO NOBIS.

La Carrera tradicional navideña tenía para mí este año un especial significado. En primer lugar, porque habían pasado cuatro lustros desde que la corrí por última vez, y quería comprobar si – canas y kilos -era capaz de afrontar el reto. En segundo lugar, porque era la primera vez que coincidía en este evento con mis dos hijos menores. (Con los que me veis en la “salida previa a la salida”, porque luego, cual galgos contra podenco, no los volví a ver hasta después de la meta).En tercer lugar, porque –recordando a un tío mío fallecido hace 50 años- me inscribí con su nombre a modo de pequeño homenaje.
Todo transcurrió con normalidad, es decir, con fuerzas escasas y sudor a raudales. Pero, tras finalizar el recorrido, ocurrió algo inesperado que hará que yo recuerde esta S. Silvestre durante muchos años. Y es que, al traspasar la meta, y mientras los organizadores recogían los Chips de los dorsales, los participantes nos dirigíamos a través de un estrecho embudo hacia la caseta donde tradicionalmente se reparten refrescos al finalizar la prueba.
Entre el tumulto y los empujones, un poco agobiado por tanta humanidad sudorosa, miré hacia atrás y comprobé que un esbelto efebo se apretujaba contra mi espalda. Me llamó la atención que el joven no llevaba camiseta.
- ¡Caray,- pensé- con el frío que hace…¡Ah, la juventud…!
Como un acto reflejo, y por aquello de preservar mi retaguardia, coloqué instintivamente mis manos hacia atrás para mantener una distancia razonable de seguridad.
Y sí, noté que aquél muchacho tenía las manos heladas… Bueno… la mano… Bueno… los dedos…, Bueno… ¡el dedo!... ¿El dedo? ¿Y donde coño están los otros cuatro restantes? Y al volver la vista atrás, comprobé horrorizado que el susodicho solo llevaba como única indumentaria dos zapatillas Adidas y que sus manos colgaban plácidamente paralelas al cuerpo…
-¡Mecagüen!
Como bien comprenderéis, estimados blogueros, en ese preciso instante, mis sudores, otrora calientes, se tornaron siberianos, aunque, siendo yo un hombre de reflejos, tras restregarme diligentemente la mano del delito contra la camiseta sudada, me vi en la obligación de romper el hielo con aquella persona a la que de un modo tan íntimo e inesperado acababa de conocer
-Oye, chaval: ¿Esto tuyo… es una promesa u obedece a algún planteamiento filosófico más profundo?- le pregunté con voz entrecortada
Con un acento marcadamente extranjero me contestó sin inmutarse:
-Mire señor, yo soy austríaco y como veo que Oviedo es una ciudad muy conservadora, me ha parecido una buena idea salir a correr desnudo a modo de provocación…
-Ya, claro, lo comprendo-dije conciliador-, tampoco a mi me importaría pasear mis vergüenzas por la S. Silvestre de Viena... ¡No te joroba!
¡Coño, por qué me pasan a mi estas cosas!- me repetía una y otra vez, buscando una salida imposible entre el tumulto.
Y así, vigilando con el rabillo del ojo el rabillo del otro, alcancé el chiringuito de Coca-Cola y- para calmar tamaña ansiedad -me bebí dos latas sin rechistar.
Lo último que recuerdo de aquel intrépido y caluroso jovenzuelo fue su trasero pelado enfrentándose a un municipal que- con cara de pocos amigos- le ordenaba que se vistiera.
¡Vaya manera de despedir el año!
Y deseo fervientemente que no sea esto a lo que se refieren los políticos cuando nos dicen que el futuro está en nuestras manos…
Tras una reconfortante ducha- y una meticulosa desinfección quirúrgica de las uñas- pude comerme las uvas en paz, aunque- eso sí, a lo largo de la noche - y recordando el incidente y la crisis- repetí varias veces esa piadosa jaculatoria que titula la entrada:
- ¡San Silvestre, ruega por nosotros!