miércoles, 29 de abril de 2009

La primavera, altera

La eclosión de la naturaleza y el buen clima de estas fechas primaverales, nos insuflan un hálito de optimismo que nos hace vibrar. Nos sentimos relajados, alegres, prestos a transmitir toda esa vitalidad que nos desborda.
Esto es así, hasta el punto que ,en mi oficina, hemos decidido que, coincidiendo con la llegada de la primavera, (también lo hacemos en Navidad), vamos todos a poner lo mejor de nuestro carácter para hacer más agradable el ámbito laboral: Sin tensiones, sin reproches, “buen rollito”, dispuestos a rodearnos de esa aureola de empatía necesaria, trabajar en un espacio libre de estrés, un ambiente que nos permita mantenernos impregnados por ese benéfico efecto primaveral.
Y, como muestra os dejo un botón:


No, no es lo que parece, mis colegas están jugando, acariciándose, haciéndose mimos…

¡Qué bonita es la primavera!

lunes, 27 de abril de 2009

El lápiz es el blog

Tengo el pleno convencimiento de que una entrada en un blog nunca debería exceder las 15 líneas: Una extensión superior resultaría disuasoria para gran parte de lectores .
Y conociendo esto, preguntareis con razón: ¿Cómo entonces se explica el hecho de que mi entrada anterior exceda tan escandalosamente la cifra señalada?
Y os respondo con otra pregunta: ¿Conocéis la expresión popular que dice: “Es más feliz que un tonto con un lápiz”…?
Bien, pues combinadla con el título de esta entrada y hallareis la respuesta a vuestros interrogantes.

Y es que, -en este mar embravecido de la existencia-, con tal de no perecer ahogados, cualquier salvavidas es bueno.

Saludos cordiales
Tordon

PD: Hago recuento y me salen 13 líneas . Voy por el buen camino.
Y me permito el lujo de añadir esta postdata.

viernes, 24 de abril de 2009

No es blog todo lo que reluce ( y 2)

-El tema de los comentarios, estimado Pipo, es un capítulo muy digno a tener en cuenta:
Al inicio de la actividad bloguera, en realidad escribes para ti mismo, y lo haces con la vaga esperanza de que alguien, algún día, se digne leer tus entradas y realice un comentario a las mismas.
Los primeros comentaristas son bien conocidos: Tu hermana, tu primo o en el mejor de los casos, algún colega de la oficina. Por eso, cuando compruebas el primer comentario anónimo, el corazón te da un vuelco y te invade una ilusión tremenda. Y si encima proviene de una localidad distinta a la tuya, comienzas a flotar como si te hubiera tocado la bonoloto. La fascinación por las nuevas tecnologías se adueña en ese instante de tu vida que cobra así un nuevo sentido, un nuevo pálpito que late bajo la euforia de tan novedosa situación.
Pero, inevitablemente, “tempus fugit”, y llega el momento que, sin saber como ha podido ocurrir, comienzas a recibir verdaderos “anónimos-anónimos”, es decir , los comentarios de esas personas a las que ni tan siquiera has lanzado el anzuelo de unas palabras en su blog.
Y es que en este mundo bloguero, la gente es tan sumamente educada que en ocasiones te invita amablemente para que pases a conocer su casa.
El problema se hace evidente cuando un buen día, a las 2 de la madrugada, te sorprendes a ti mismo tratando de contestar a uno de estos afables comentaristas.
El martes pasado, por ejemplo, recibí un comentario de “Casimirín” que decía textualmente:
-“Tu blog es muy interesante. Espero que le mío también te guste.”
Y, claro, no tienes ni idea de quién es Casimirín, pero ,-consciente de que el anonimato bajo el que te escondes no excluye las más elementales normas de cortesía-, crees que –a pesar de la hora- tienes la obligación moral de entrar en ese espacio virtual que tan amablemente ha contactado contigo. Después de todo, si él ha soportado el insufrible ladrillo que has largado en tu entrada de ese día, corresponder con la misma moneda es lo menos que cabría esperarse en estas circunstancias.
Además-piensas- ¿qué otra cosa mejor podría hacer a las 2 de la madrugada?
Bueno, sí, tal vez leer un poquito a Tolstói…
Pero no, eso llevaría demasiado tiempo, y sin embargo un rápido comentario en un blog…
Así que, sin mucha convicción, haces “doble clik” sobre “Casimirín” y apareces- como no podía ser de otra forma- en “El Rincón de Casimirín”, una página llena de colorido y plumas. Y señalo lo de las plumas, no porque el propietario del blog pertenezca a ningún gremio que reivindique determinada identidad sexual, sino porque el tipo en cuestión es todo un experto en aves.
-Bueno, ya que estoy aquí,-te convences a ti mismo- en un par de minutos me pondré al corriente de la entrada y le comentaré algo. Después de todo, siempre es interesante aprender cosas nuevas…Aunque sea sobre pájaros. Total, solo será un momento…
Y así, con toda la ilusión y curiosidad del mundo comienzas a descifrar el título de la entrada: “Aspectos filogenéticos, taxonómicos y psicológicos de la reproducción de los cormoranes en cautividad.”
-¡Coño, apasionante!- piensas medio dormido.
Y cuando vas por la línea 400 de ese exhaustivo estudio sobre los cormoranes que Casimirín desmenuza con primor para mayor deleite del mundo virtual, empiezas a pensar que con unas cuantas entradas como esa, ya habrías leído “Guerra y Paz” cuatro veces…
Pero, bueno, hombre, ya que estás…
Y cuando, (un cuarto de hora después), finalizas la lectura de tan espectacular informe avícola, te envalentonas y haces el firme propósito de que, si has logrado llegar hasta ahí, no vas a marcharte ahora sin dejar un mísero comentario.
Pero entonces te das cuenta que tú de aves no tienes ni puñetera idea, y que lo que realmente te apetece poner es algo así como:
-Coño, Casimirín, por mí podrían dejar a todos los cormoranes en libertad y que se busquen la vida, como hacemos los demás…
Pero no, esto no es posible, es menester ser educado y, aunque son ya las dos y media de la madrugada te estrujas hasta el dolor tus más que somnolientas neuronas para poner algo medianamente decente. Algo así como:
-Me encanta comprobar, estimado Casimirín, que la primavera llena de sentimientos a esas majestuosas aves que tan delicadamente describes en tu entrada de hoy…
Y entonces, al finalizar el comentario, es cuando sucede un hecho incomprensible: Tal vez sea la satisfacción del deber cumplido, tal vez lo tardío de la hora, lo cierto es que te comienza a invadir una extraña euforia, una especie de embriaguez cibernética, y es en ese preciso instante cuando te creces, y, más chulo que la una, añades:
-PD: Esperamos ansiosos tu particular y experta visión sobre “La dieta vegetariana de las palomas torcaces y la madre que las parió”.

Un poco más tarde, derrotado por el sueño, con los párpados caídos, más cercano del arpa que de la guitarra, cierras el portátil y esperas que sea lo que Dios quiera.
Y ,en efecto, Dios quiere que al día siguiente, nada mas encender el ordenador te encuentres en tu blog un comentario que dice:
-Agradezco, sensible Tordon, que te gustase mi entrada de ayer sobre los cormoranes. Hoy te dedico mi nueva entrada que consta de un sencillo resumen de cinco folios sobre los insondables misterios que rodean a ese mundo de la colombofilia que tanto te apasiona. Y además, sabedor de tu interés, estoy pensando en concederte el prestigioso premio “Faisán de Corazón de Oro” que periódicamente entrega mi rinconcito virtual…

-¡Mecagüen…!
…..
Bueno, queridos amigos, todas estas reflexiones, (y otras más que no quiero contaros para que no os acordéis de mis difuntos antepasados), fueron las que le comenté a mi amigo Pipo, que me escuchó todo el tiempo con absoluta atención y cara de convencimiento.
Al final, asintiendo con la cabeza, me preguntó:
-Te agradezco tu información sincera y de primera mano, Tordon. De todas las maneras, ¿qué te parece si decido llamarlo… “Los cacharritos en Pipolandia”?
Y yo, ¡qué le iba a decir!, estimados blogueros, le dije que muy bien, que estupendo, que un nombre genial, que sería sumamente interesante recibir periódicamente esa exhaustiva información que solo él poseía sobre el apasionante mundo de la cerámica…
Aunque en el fondo, lo que realmente estaba pensando decirle era:
- ¡Otro que picó!

En fin, que mañana me veo a las tres de la madrugada frente al ordenador comentando algo así como:
-Me encanta comprobar, estimado Pipo, que la primavera llena de sentimientos a esos majestuosos jarrones de la dinastía Ming que tan delicadamente describes en tu entrada de hoy…

-¡Mecagüen y requetemecagüen…!

Una ojeras como platos, oiga.
.
Saludos cordiales
Tordon
.
PD:Los dolorosos remordimientos de conciencia que me inundan al comprobar la desproporcionada amplitud de este "ladrillo", solo se ven aliviados por el convencimiento de que estas entradas tan extensas solo son leídas por el que las escribe.
¡Y porque no le queda más remedio!

jueves, 23 de abril de 2009

No es blog todo lo que reluce


Pipo, amigo de la infancia, es un gran aficionado a la cerámica, motivo por el que posee una importante colección de objetos curiosos y causa de que yo le llame cariñosamente “el cacharritos”.
El otro día, me lo encontré en la calle y me informó que había estado “husmeando” (sí, no dijo “leer” o “mirar”) mi espacio virtual.

-Parece divertido eso de los blogs- me comentó. Y añadió con una sonrisa:

-Leí también vuestros comentarios, y efectivamente tuve la sensación de que lo pasáis realmente bien.
Y… no sé… he estado pensando… en que tal vez podría ser interesante…el hecho de que yo…me decidiera a abrir mi propio blog…

Y yo, -que lo quiero como a un hermano-, me vi en la obligación moral de explicarle ,sin demora alguna, ciertos detalles inherentes a esta nuestra querida actividad cibernética. Le miré fijamente a los ojos y le comenté:

-Pipo, no te precipites, sabes que te conozco desde hace muchos años y que te aprecio de veras. Por eso, permíteme que, antes de nada, te exponga alguna de las características de este desconocido mundo en el que te quieres iniciar:
Lo primero que debes saber, es que crear y mantener un blog requiere una cantidad importante de tiempo. Bueno, en realidad requiere muchíiiiiiiiiiiiiiiisimo tiempo. Porque no solo deberás limitarte a actualizar regularmente tus entradas, sino también tendrás que leer los comentarios que a ellas te hagan. En justa correspondencia, deberás leer posteriormente las entradas de los que amablemente han leído y comentado la tuya. A su vez, deberás realizar un comentario a las entradas de los que te han comentado. Tras ello, debes realizar las correspondientes réplicas a los comentarios que los comentaristas a tu entrada hayan tenido a bien realizar. Y luego, las réplicas a los comentarios que los comentaristas a tu entrada hayan realizado de los comentarios de los comentarios a las réplicas y luego……¡Bueno, baaaaaastaaaaaa!.
En resumen, muchíiiiiisimo tiempo….
Y es que claro, además de escribir en el blog, tienes que trabajar, comer y dormir.
Y como tanta actividad frente a la pantalla comienza a ser sospechosa, te das cuenta de que tu señora te empieza a mirar como a un presunto ciberadúltero, e incluso los niños se asustan al comprobar que su padre, al que creían tan serio y responsable, solo abandona su concentración bloguera para emitir intempestivas risitas frente a la pantalla del ordenador.
Otro de los problemas frecuentes, es que, por cada nuevo blog interesante que encuentras, se abren las puertas, -generalmente mediante enlaces-, a otros diez que, por supuesto, son mucho mejores que el tuyo. Y leyendo, leyendo, te percatas que la cantidad de tiempo que necesitarías para realizar estos menesteres (con una mínima atención y coherencia) excede en mucho tu disponibilidad de tiempo libre.
Y por supuesto, todo esto es válido si te conformas con un blog “normalín”, es decir, un “cutri-blog” de esos que gratuitamente prediseña Blogger. Porque si eres de los que “les va la marcha”, puedes pasarte las horas muertas activando la ingente cantidad de gadgets que son susceptibles de ser incorporados a una bitácora: Plantillas, fotos, música, enlaces, contadores, tráfico de visitas, “blogs a los que sigo”, “blogs que me siguen”, “blogs que no sigo pero que debería seguir ”…
Permíteme también, estimado Pipo, que te comente el tema referente a "la madre del cordero", es decir, el asunto de las entradas, que, como comprenderás, no es un tema en absoluto baladí. Y es que cuando uno comienza con el blog, nunca tiene problemas para afrontar sin dificultad las actualizaciones exigidas. El neonato internauta, lleno de ilusión y entusiasmo, -asombrado de que el mundo haya podido subsistir hasta ese día sin sus extraordinarias aportaciones-, echa mano de aquellas magníficas poesías que le dió por componer cuando estaba enamorado, revisa las anotaciones de lecturas pretéritas, desempolva aquellos relatos tan rabiosamente interesantes que escribió el verano pasado, e incluso busca en el sótano las cartas de una antigua novia…
Pero cuando sobrepasas la entrada 200, comienzas a darte cuenta que tu cerebro se encuentra más reseco que un canto rodado en medio del Sahara, que no se te ocurre nada, que comienzas a ser presa de ese desazonador miedo escénico que desata la página en blanco…
Y es que, ¡coño!, ya has hecho tres entradas sobre las irreconciliables diferencias entre el sexo femenino y masculino, otras tantas sobre la primavera, e incluso alguna que otra sobre el apareamiento de los osos en cautividad.
Y entonces, te empiezas a obsesionar. Todo lo ves bajo el prisma bloguero: Si la panadera te comenta el mal tiempo que hace ese día, tu ya estás pensando en una entrada sobre el cambio climático; si el portero de la oficina te dice que el ascensor se ha estropeado, ya estas meditando sobre una nueva entrada que describa nuestra cruel e inevitable dependencia tecnológica; si sube el precio del periódico, piensas que estaría bien una entrada que hablara de la crisis; en cambio, si oyes hablar de la crisis, te imaginas publicando un encendido elogio a la autoayuda como instrumento indispensable para que el género humano luche contra la adversidad…
Pero aún así, llega un momento que ni con esas logras encontrar algo interesante que ayude a actualizar el blog. Y es cuando comienzas a repasar, lleno de angustia, los periódicos atrasados, más que nada para cerciorarte de que efectivamente en el mundo no haya ocurrido algo que a ti te haya pasado inadvertido y que merezca la pena ser reseñado. Pero, nada, no hay manera, todo lo que encuentras es más aburrido que una semana sin pan. Y es entonces cuando comienzas a verte irremediablemente sumergido en esa peligrosa fase de delirio en la que incluso eres capaz de llegar a inventarte el amor apasionado que sientes por una estrella de Hollywood que tan solo conoces de un par de películas; O te recreas en el ignoto y nunca bien ponderado mundo de los fluorescentes rosas; o incluso, -esto ya es un síntoma serio- haces hablar a tu calculadora de la filosofía de Hume.
Y es que todo te parece aceptable con tal de remover esa entrada que hiciste la semana pasada y a la que ya le están saliendo telarañas...
En definitiva, que es en ese preciso instante cuando comienzas a cuestionarte quién demonios te mandó a ti - probo y pacífico ciudadano- meterte en estos líos, y te entran unas ganas tremendas de mandarlo todo a paseo y olvidarte del blog para siempre jamás.
Y estos son, estimados Pipo, algunos de los inconvenientes de este mundo virtual. Sin embargo, permíteme señalarte, querido amigo, que el tema más apasionante de la blogosfera es el de los comentarios…

Pero como llegados a este punto, vi que Pipo ponía la misma cara de aburrimiento que estáis poniendo vosotros, le dije:

-Bueno, mañana quedamos para tomamos un café y prometo hablarte largo y tendido sobre el electrizante inframundo de los comentarios en los blogs…

Pues eso, amigos, lo dicho: ¡Hasta mañana!

lunes, 20 de abril de 2009

Conversaciones con la calculadora

El inevitable y doloroso asunto de tener que saldar cuentas trimestralmente con el fisco, me ha permitido establecer una cierta relación de confianza con la calculadora del portátil.
Y recordando aquella conocida sentencia que señala que “donde hay confianza , da asco”, me permito tomarle el pelo de vez en cuando:

-Tú me dices que eres una calculadora- le comento-pero no me fío. Es más, creo que me engañas y te engañas. Porque, sí, es cierto que puedes realizar complejos cálculos matemáticos, y los haces bien y deprisa. Pero eso no quiere decir nada. Tú no eres consciente de ello, pero en realidad no eres más que un ente abstracto, un etéreo software compuesto de ceros y unos. Por tanto, por mucho que yo lo intente,- o tu lo desees-, jamás te podré tocar, acariciar, besar o pellizcar…

Ella, que me conoce de sobra, generalmente no se da por aludida. Pero a veces se enfada y me replica:

-¿Pero qué tonterías me cuentas, insulso contribuyente? ¿Tú todavía crees, en tu rancio planteamiento cartesiano, que “cogito ergo sum”? ¿Realmente deduces que existes porque piensas? Pues que sepas que yo discrepo de tu certeza. Y no te vendría mal –so zopenco-recordar a Hume que decía: Bueno, piensas, pero ¿por qué existes?¿No podría ser el pensamiento algo sin sujeto? Porque cuando decimos “llueve” no deducimos que haya una cosa que llueva, una entidad “lluvia” a la que le ocurre llover, más allá del agua que estamos viendo caer…
Y permíteme también recordarte,- ilustre analfabeto matemático-, que Hume, llevando al extremo el empirismo de Locke, pensó que era necesario radicalizar el cuestionamiento del yo. Pero, claro, eso sería mucho para ti, ya que esa desconfianza o incredulidad sistemática, ese escepticismo extremo, exigiría una alta exigencia intelectual, un esfuerzo ímprobo que tus neuronas no serían capaces de soportar…

Así pues, queridos amigos, ya lo veis. Al final, siempre me tapa la boca y me deja sin argumentos.

De cualquier forma, el otro día, mi calculadora y yo hemos llegado a un acuerdo : Hemos decidido que, en el futuro , no volveremos a cuestionarnos nuestra propia identidad. Simplemente nos ayudaremos el uno al otro, sin preguntas, sin reproches, sin transmitirnos dudas. Solo hablaremos del trabajo.

Y es posible que así, tanto ella como yo, logremos permanecer cuerdos.

Cosa que, -a buen seguro-, Hacienda nos agradecerá.
.

viernes, 17 de abril de 2009

Osas amorosas



Siempre me llamó la atención la habilidad que poseen algunos periodistas para hacer llamativa una historia intrascendente.
En LNE de ayer, V. Díaz resume el intento de inseminación de dos osas asturianas por un oso traído desde Cantabria:

LAS OSAS SE ACICALAN: “Paca” y “Tola” se bañan en el estanque.
APARECE “FURACO”: El animal entra en el espacio común, husmea e intenta acercarse a las osas. Las antes asustadizas “Paca” y “Tola” enseñan los dientes y muestran su dominio al macho.
ATAQUE A DUO: Las osas van a por “Furaco” y se lanzan en tándem.”Furaco” huye a la carrera, aunque al poco frena. Perseguido de nuevo, “Furaco” da con sus huesos en el interior del estanque, donde se refugia.

En fin, lo dicho, estimados blogueros,que los periodistas, por aquello de vender, le echan demasiada imaginación a asuntos que de otra forma pasarían inadvertidos.
Aunque he de reconocer que si el oso se llamase “Tordon”, y las osas “Fiebre “y “Topanga”, la historia tendría mucha más credibilidad…


“La actitud dominante demostrada por las hembras es un buen síntoma”- añadieron los cuidadores…

¿Buen síntoma?
¡Mecagüen…!

Saludos cordiales
Tordon


PD: Reflexionando sobre el contenido de mis tres últimas entradas, que versan sobre el apasionante mundo de los fluorescentes rosas, los miedos comunes y el apareamiento de plantígrados, me pregunto si no será el momento adecuado para hacer un discreto mutis en este foro virtual…
¡Busca, hazme sitio, que voy p´allá!

miércoles, 15 de abril de 2009

Tengo miedo

Tengo miedo.
Tengo miedo a que Dios no exista.
Tengo miedo a que Dios exista y no me perdone.
Tengo miedo a que esta vida sea la única oportunidad.
Tengo miedo a la muerte, al aniquilamiento total, a la oscuridad, a la nada.
Tengo miedo de no ser importante para nadie.
Tengo miedo al dolor, a la enfermedad, a la vejez.
Tengo miedo de no dar la talla en mis relaciones laborales, intelectuales, familiares y sentimentales.
Tengo miedo a que no me quieran.
Tengo miedo a no saber expresar afecto por las personas que quiero.
Tengo miedo a que mis hijos no sean felices.
Tengo miedo a desaparecer repentinamente y que no pueda despedirme de ellos.
Tengo miedo a quererla con toda mi alma y que ella no me corresponda.
Tengo miedo a que mi mente se extravíe en fantasías incontroladas.
Tengo miedo de ser incapaz de superar mis miedos.


Tengo miedo a hacer el ridículo escribiendo cosas como ésta en un blog.

Tengo miedo.
Tengo mucho miedo…

lunes, 13 de abril de 2009

Salsa Rosa


Las vacaciones son un buen momento para abrirse a otros mundos, para dejarse sorprender por otras realidades, para descubrir nuevas cosas. Y en estos días, una de las que he tenido noticia es que existen fluorescentes de color rosa. Yo solo conocía- hasta ahora- el fluorescente “blanco-cocina” de toda la vida y el “negro-morado” de las discotecas de mi juventud.
Pero parece ser que en Holanda, las autoridades han iluminado los sótanos del metro con fluorescentes de ese llamativo color. También han incorporado la música clásica para que suene por los altavoces en tan apartados lugares. ¿El motivo? Muy sencillo: Evitar que los adolescentes acudan allí para celebrar sus “botellones”. La luz rosa acentúa los defectos de la piel, y por tanto, su resplandor resalta de manera ostensible el acné típico de esas edades y hace que las irregularidades cutáneas destaquen en todo su esplendor. Y es bien conocido el enorme interés que los individuos en esa fase de la vida tienen en cuidar su apariencia física. Su coquetería quedaría, pues, defraudada ante tan extrema medida, abocándolos a otros ambientes menos hostiles.

Sin embargo, siempre me ha parecido que los poderes públicos resultan de una ingenuidad aplastante. Desde sus ignotos y mullidos despachos, no son conscientes que así, lo único que conseguirán -en el mejor de los casos- es que el metro se les llene de abuelos del Inserso jugando al tute.

viernes, 10 de abril de 2009

Jesús (Yeshua, Meshia, Christos)

Prometí que ni una sola letra depositaría en este submarino durante mis vacaciones de Semana Santa. Pero la irresistible tentación del acceso a Internet de un amigo, hace que mis buenas intenciones se desvanezcan como humo entre las teclas del ordenador ajeno.

He aprovechado estos días en la Ciudad Condal para charlar con mi amigo Javier Saban, un filósofo sefardí que investiga de manera incansable el pensamiento judío.
Este hombre es un tipo de los de frases contundentes, y haciendo referencia a su estirpe, me explica: “Aprendimos que pueden arrebatártelo todo… menos lo que has estudiado”
Le pido que me hable un poco del cristianismo desde su óptica judía.

-El hombre más influyente de la historia fue un judío: Jesús, - me asegura. Y continúa: Jesús era un judío del siglo I ,pero no un predicador analfabeto sino un finísimo estudioso hebreo, muy sutil. Era rabino (maestro) fariseo con alguna idea isenia (“vende todos tus bienes y dáselos a los pobres”). Predicó lo mismo que otros rabinos fariseos anteriores como Hibel (70-20 a.c.):”El sábado está hecho para el hombre, no el hombre para el sábado”.
No abordar a Jesús desde el judaísmo
-prosigue-, es no entenderlo. Sus ideas se plasman en el Nuevo Testamento. ¿Nuevo? Tres están escritos por judíos: Levi ben Alfeo (Mateo), Mordeschai ben Johanon (Marcos) y Johanan (Juan), y otro por un médico griego, Lucas, y todos se basan enseñanzas judías. Jesús no predicó una nueva alianza con Dios y así lo proclamó:”No he venido a abrogar la ley (de Moisés), sino a consumarla” (Mateo, 5,17).
Como ves, estimado Tordon
, -concluye- al final, judíos y cristianos compartimos la misma ética.

-Bueno, sí, le dije yo, pero –ya me conocéis, no pude evitar la pregunta-:¿No erais vosotros los que fomentabais aquello del ojo por ojo?

-Sí, puede ser, pero el caso es que los esclavos preferían tener amos judíos o cristianos antes que amos griegos o romanos, ya que, al ser personas a imagen y semejanza de Dios, eran tratados mejor. Y al séptimo año, (Dios descansó al séptimo día, sábado), eran liberados. ¡De ahí viene nuestro año sabático!

En fin, queridos blogueros, creo que hemos de concluir que resulta muy feo renegar de una madre. Y que –queramos o no, creamos o no- nuestra madre indiscutible es la omnipresente cultura judeo-cristiana.

Es lo que hay.

¡Hasta pronto!
Tordon

PD: Mi amigo, el que me presta el ordenador, no sabe que tengo un blog y cree que estoy consultando en el correo importantes documentos profesionales que no admiten demora.
Pero confío que, valorando la temática de la entrada de hoy, el cielo me perdone el engaño y considere mi mentira como piadosa.

jueves, 2 de abril de 2009

Semana de Pasión

Asustado al comprobar que la cantidad de mis pecados se encuentra en relación inversa a la de mis capacidades pictóricas, y aprovechando lo propicio de estas fiestas sacras, he creído conveniente buscar un lugar de sosiego, un santuario de meditación, un tabernáculo apartado del mundanal ruido que me permita realizar un riguroso examen de conciencia, una severa autocrítica, un mirar dentro de mí mismo y comprobar si lo que veo me gusta. En definitiva, que me voy a someter voluntariamente a una “auto-auditoría sin trampas contables” para -mediante la reflexión profunda- olvidarme momentáneamente las fútiles pasiones de este nuestro convulso mundo.
Y como en ese lugar apartado al que me dirijo no existe Internet, sintiéndolo de veras, me tengo que despedir de vosotros durante unas fechas.
Pero ya comprenderéis que el camino hacia la luz y mi salvación- aunque me duela- están por encima de cualquier otra consideración.
Y esta vez no pienso deciros a dónde voy, aunque, a modo de pista, me despido cantando:


Que le voy a hacer si miamoooooooooooooor...
nació en el Mediterraaaaaaaaaaneoooooooooo…

¡Os echaré de menos, chicos!
A las chicas, más.

Saludos
Tordon

PD: Sr. Momius: Este ridículo y verde hábito de cofrade que usted me aconsejaba en su pretérito comentario, ¿de verdad cree que servirá para algo? ¿Realmente considera que -en este caso-, el hábito hará al monje? ¿No será mas cierto aquello de que "aunque la mona se vista de seda...?
En fin, no sé, tengo dudas
¿Qué pensáis los demás?

miércoles, 1 de abril de 2009

EN BLANCO


Hoy quiero hablaros de mi faceta como pintor, y la que os muestro en la foto es una de mis pinturas más conocidas. Se titula “La Batalla de las Navas de Tolosa”. Es una obra pintada con óleo blanco sobre blanco lienzo. Está expuesta en el Museo de Arte Internacional Contemporáneo(MOMIA) de la ciudad de Hamón York, sección “Vanguardistas de vanguardia”, subsección ”pintoresnovelesdelosquesehablarámuchoenelfuturo”.
La crítica ha acogido este cuadro con encendidos elogios que hablan de la perspicacia del autor, de su espíritu soñador e intransigente, de la simplicidad de la expresión plástica, de su transgresión sin aspavientos y de la clarividencia posmoderna y surrealista con la que se aborda el enfoque de los terribles acontecimientos históricos. Algunos hablan de "obra maestra".
Yo no digo nada y me hago el despistado para no herir susceptibilidades, pero en realidad mi pintura no es abstracta: Tan solo quería plasmar la cruda realidad y la mucha niebla que el día de la batalla había en Jaén.
Este cuadro se engloba en una trilogía que incluye otros dos cuadros, “Noche negra” y “Océano azul”. Este último aún no lo he terminado porque en la tienda de pinturas agotaron el color.
Sin embargo, me sobró bastante pintura de “La Batalla”, y ahora estoy pintando uno de nubes: En mi casa se aprovecha todo.


Yo no quería hablar de mi faceta artística, pero la culpable de todo es Velda, que nos incitó a poner en el día de hoy una entrada sobre el tema.
Saludos cordiales
Tordon



PD: Para vuestra información os diré que lo que más me costó fue lograr la expresión feroz del segundo caballo bereber de la izquierda y dar una apariencia más natural al flequillo de Alfonso VIII.
.
PD2: No tenía ni idea, pero me acabo de enterar (por el blog de Hécuba) que el "suprematista" Kasimir Malévich me está plagiando...
¡Mecagüen!
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