Hoy, que se celebra el Día de Difuntos, me miro al espejo y me celebro a mí mismo.
Porque, si yo me parezco a mi padre y él a su vez al suyo, ¿no perviven en mí las ilusiones y anhelos de las generaciones pretéritas?
Y acaricio a mi hijo y él me devuelve- con su sonrisa- la inmortalidad.
La genética, en contra de lo que pudiera parecer, tiene mucho de poética.
2 comentarios:
Te Quiero Papi!!
¡Y yo a ti, cariño!
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