sábado, 1 de noviembre de 2008

Todos los Santos



Hoy, que se celebra el Día de Difuntos, me miro al espejo y me celebro a mí mismo.

Porque, si yo me parezco a mi padre y él a su vez al suyo, ¿no perviven en mí las ilusiones y anhelos de las generaciones pretéritas?


Y acaricio a mi hijo y él me devuelve- con su sonrisa- la inmortalidad.


La genética, en contra de lo que pudiera parecer, tiene mucho de poética.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te Quiero Papi!!

Tordon dijo...

¡Y yo a ti, cariño!