Y su población primitiva se erigió sobre el denominado Cerro (o Cabezo) de La Muela, por lo que no es de extrañar que,- con esa “denominación de origen”-, en la ciudad proliferen verdaderos expertos en las Técnicas (mínimamente invasivas, eso sí) de Ayudas a la Alimentación.
Mi modesta contribución al evento se limitó a tres voluntariosas conferencias, y , aunque no gané mucho dinero, mi “ego” se sintió triplemente recompensado. Siempre resulta grato escuchar 600 palmas que se baten al unísono en tu honor, aunque la mayor parte de la veces sea mera cortesía.
Gente encantadora la de esa ciudad: Jovial, alegre, comunicativa, se desviven porque todo esté a tu gusto, anfitriones perfectos.
Y esto es así hasta el punto de que, como podéis comprobar en la foto, me resultó imposible contener la lagrimita escuchando al cuarteto de cuerda que me interpretaba la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart en la romántica Casa Consistorial de la Alcazaba.
¡Menos mal que tenía a mano -para disimular- las gafas de sol!
Y es que hay momentos en los que - además de Hacienda- te embarga la emoción.
Tordon
PD:Este mismo fin de semana, la mujer que quiero está impartiendo un curso en Tenerife. Y me surge una duda: ¿No estaremos desgastando las palabras, de tanto usarlas?
¿Permaneceremos mudos en nuestro reencuentro?
¿No nos quedará más remedio que amarnos en silencio?
Aunque , tras estas dudas secundarias, se encuentra la principal:
¿Volverá?
6 comentarios:
Te envidio el concierto y la escapada extremeña. Y el reencuentro, sea silencioso o a gritos, será genial, que una de las mejores cosas que tienen los viajes, es el regreso.
Sí, es como en las disputas de pareja: Lo mejor es la reconciliación.
No ha sido un cuarteto de cuerda, pero la guitarra tenía 6, y tampoco le he visto escapársele lagrimita alguna, pero te la devolvemos entera... y también aplaudida, pero no pasaban de 60.
El Secretario de Sekmo...
Si no se le escapó lagrimita alguna con la guitarra, es que no me echaba lo suficientemente de menos.
¡Mecagüen...!
La guitarra lloraba al ver a su marido el contrabajo dándose el lote gay con su amigo el violín.....hay que quitarse las gafas de sol para poder ver bien o al menos abrir las patillas...ja ja jaaa
Bonita ciudad, afortunado usted.
Salu2
Anomomius
Viéndose lo que se ve, a veces sería mejor ponerse unas gafas de madera.
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