sábado, 6 de diciembre de 2008

Cartas a Stalin

No es lo mismo fracasar que ser derrotado.
En esta sutil diferencia se basa el conflicto que el escritor soviético Mijail Bulgàkov mantiene con los dirigentes de la opresiva y castrante Revolución Rusa.
Esta entretenida obra, de Juan Mayorga, fue representada hace tan solo unas horas en el Teatro Filarmónica de Oviedo bajo la Dirección de Gemma de Luis.

“La lucha contra la censura, cualquiera que sea, y cualquiera que sea el poder que la detente, representa mi deber de escritor, así como la exigencia de una prensa libre. Soy un ferviente admirador de esa libertad y creo que si algún escritor intentara demostrar que la libertad no le es necesaria, se asemejaría a un pez que asegurara públicamente que el agua no le es imprescindible” (M. Bulgàkov)

También escuché esta tarde -cito de memoria- que el escritor que intenta ser leal, el que desea ser útil a una idea (partido, ideología, poder…) produce una literatura que se lee hoy y con la que mañana se envuelve la pastilla de jabón.

¡No importa,- contestará alguno desde el pesebre- ahora solo usamos jabón líquido!

Saludos
Tordon.

15 comentarios:

Daniel dijo...

Tener ideas, ideologia, es bueno, enriquecedor. Otra cosa es, ser sumiso al poder, eso es muy castrante y perjudicial para ti y para la sociedad.

silvo dijo...

La Revolución rusa se ha comido hasta a sus hijos,léase Trotsky.Saludos

Anónimo dijo...

No se muy bien que le contestar pero creo que deberia aplicarselo para su empeño en dejar la nicotina.Si no es asi cuando vea obras de cualquier tipo que no le coman tanto la cabeza . un saludo

Pele Ón dijo...

El ganador se lo lleva todo. Hay grandes vencedores entre los perdedores, que sin embargo son despreciados, y viceversa, grandes perdedores entre los ganadores. Normalmente, perdemos todos.
La verdadera victoria se logra cuando no hay vencidos.

Tordon dijo...

Estimado Daniel:
El concepto de “idea” (primero y más obvio de los actos del entendimiento, limitado al simple conocimiento de algo.), no siempre coincide con el de “ideología” (conjunto de ideas que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político)
Incluso, a veces, son conceptos antagónicos y, a causa del segundo,- como en el caso que nos ocupa- se trata de perseguir y anular al primero.

Un fuerte abrazo (aunque seas del Sporting, que me lo dijo Velda)

Topanga dijo...

A mi me impresionó el olor del tabaco que fumaba Stalin. Desde la butaca podía percibir la peste de la censura. :)

Tú sí que molas Tordon.

Tordon dijo...

Y no solo a Trotsky, Silvo. Algunos historiadores estiman en 60 millones (¡¡¡60!!!)el número de victimas del socialismo en la URSS (solo en la época del Stalinismo)
¡10 veces mayor que la masacre nazi!
Yo, hasta ayer, lo reconozco , desconocía este dato , es espeluznante.

Tordon dijo...

Si el dato de mi anterior comentario es cierto, le aseguro, querido anónimo, que tanto Vd. como yo habríamos dejado de fumar por la vía rápida.
Y sin riesgo de recaídas.

Tordon dijo...

A pesar de su apodo, querido Peleón, propugna Vd. la magnanimidad con el vencido.
Y yo,- que casi siempre me toca perder-, se lo agradezco.

Gracias por su reflexión: La grandeza, como los buenos perfumes, flota alrededor de algunas personas sin que ellos mismos lo noten.

Salu2

Tordon dijo...

Estoy de acuerdo con Topanga,
la censura está presente en nuestras vidas desde la quema de la biblioteca de Alejandría. Y - pasando por la parrilla calvinista de Servet, la caza de brujas de McCarty o la persecución de Salman Rushdie- llega hasta nuestros días.
En formatos más sutiles,gracias a Dios.

Por cierto,resulta claro que Topanga Lawrence domina el Photoshop;no es posible tanta belleza en una foto, hace desconfiar.

Anónimo dijo...

UY uy uy!!

La censura ha estado y estará siempre presente.
A veces de forma encubierta.
Véase casos actuales como TELE ASTURIAS o COPE LERIDA.

Tambien se lo pueden preguntar a muchos líderes del PP a los que sabotean conferencias.

Unos sabotean y otros se dedican a tocar los piiiiiiiii como el "Follonero" o "Caiga Quien Caiga" o "El intermedio" y su presentador tocapelotas.
Estos últimos son muy peligrosos pues hacen reir y encubren la realidad.

El otro dia escuché decir en un acto público a una muy conocida ex lider de izquierda unida (hoy conocida como: "izquierda hundida",)que a veces apetecía quemar en los grandes almacenes estanterias de libros de autores que no son de su gusto.
Esta señora no debe recordar que así empezaron los nazis y terminaron quemando personas.

Libertad de expresión si, pero respetuosa.

Salu2
Anomomius

Velda Rae dijo...

La censura, la manipulación, el control desde el poder (cualquiera de todos los que existen), la falta de libertad, la injusticia, el abuso económico, la persecución del discrepante, todo eso (y más, pero es por no hacer la lista interminable) hay que demonizar, no la capacidad de una persona (sea escritor o no) de ser fiel a sí misma y a lo que cree, en su vida y/o en su obra. Se puede ser coherente con el esqueleto de ideas que te sostiene (de hecho, ‘se debe’) y no por ello ser servil o mercenario. No creo, lo siento, Tordon, que idea e ideología sean conceptos antagónicos o conflictivos, más bien se necesitan y retroalimentan. Aunque es cierto que, a veces, algunas ideologías perviertan las ideas que las alumbraron. Y aún más cierto que los hombres (en general, como raza) corrompemos las ideologías que pretendemos hacer realidad.
Tener una ideología es tan inevitable como respirar. Puede que no le pongas nombre, que no se adscriba a ninguna de las ‘embotelladas y etiquetadas’ ideologías políticas del mercadeo electoral, pero que la tenemos, seguro. Y si hemos sido capaces de formarla con la mayor independencia posible (nadie está libre al 100% de la manipulación), ese “conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una persona” será precisamente el que nos habrá hecho libres y críticos para plantarle cara a los totalitarismos, sean del color (o del dinero) que sean. ¿O es que hay alguna diferencia entre Hitler, Stalin, Franco o Castro? Porque si la hubo en sus objetivos iniciales (y ahí es donde las ideologías legitimarán a unos frente a los otros) se perdió cuando decidieron que el fin justificaba los medios.
Leal a uno mismo, siempre. Lacayo de su amo, nunca. ¿Ves? En el fondo, estamos de acuerdo.

Tordon dijo...

¡Huy, ay, huy, fogoso Momius!
Leyendo su comentario, ya entiendo que a Vd. “mamonadas cero” y que tira “con bala y a dar”. Y me parece admirable su arrojo, una rara avis en el entorno, una excepción dentro de una sociedad tan “políticamente correcta”. Especialmente porque expone sus argumentos con mesura y educación, aunque sin renunciar un ápice a sus convicciones profundas. Digno ejemplo a imitar.
No veo mucho la televisión (bueno, nada) y desconozco esos programas de risa de los que Vd. me habla, a excepción de uno de ellos cuyos empleados me regalaron las gafas que muestro en la foto de mi perfil. Ese sí que lo vi hace ya muchos años, pero no podría juzgar su dinámica actual.
Me extraña, por otra parte, como usted relata, que una persona de izquierdas, comprometida con la lucha por la justicia y la libertad de expresión, haya manifestado su deseo de quemar los libros de una ideología que no sea la suya. ¿No será todo una intoxicación propagandística de la derecha?
Asegúrese, y si sabe algo, hágamelo saber.
Más que nada, para no cruzarme con ella.
Salu2.

Tordon dijo...

Rediviva Velda:
Antes de nada quiero expresar mi asombro en relación al efecto que los antivirales pueden tener en las ganas de escribir. Ya decía mi abuela que la aspirina era buena para todo, y tu extenso comentario así lo prueba.
Y, básicamente, como tú misma señalas, estamos de acuerdo en lo fundamental; tal vez no tanto en las ideas y en las interpretaciones históricas, pero sí en la necesidad de favorecer la existencia de un escenario sosegado y ecuánime en el que todas las opiniones tengan cabida.
Y creo que la discrepancia que señalas en cuanto a un hipotético choque entre ideología e ideas, se reduce a una distinta acepción de los términos, ya que quizá ,al concepto de “ideología”, yo le adscribo inconscientemente un componente colectivista; son ideas “de grupo”, y así, en ese sentido, la fuerza del conjunto dominante podría tratar de coaccionar,- basándose en la superioridad numérica, económica o física,- a las ideas individuales, esas que posee un individuo independientemente de cualquier colectivo, (religión, política, cultura, etc).
El caso que nos ocupa, el del escritor ruso Bulgakov, es un claro ejemplo de la lucha de las “ideas” (individuales) contra la “ideología” (política) de la época en la que le tocó vivir.

Con la alegría de comprobar que ya estás buena (bueno, más buena aún), recibe un cordial abrazo.

Anónimo dijo...

ja ja ja

como se nota que no soy de los que se quejan, pues casi no se ni escribir los huys!!
todo lo contrario, que se lo pregunten a mis enemigos galácticos.

salu2
Anomomius