martes, 29 de junio de 2010

Marchando y quedando: 2 avisos


El primer aviso queda suficientemente claro con el inusual arranque de sinceridad que acompaña a la magnífica y expresiva iconografía.

El segundo se refiere a la jornada de puertas abiertas que el submarino ofrecerá a sus tripulantes el sábado 17 de Julio, a partir de las 13 horas, en Ribadesella.
Este Coma-andante se compromete a proporcionar a sus invitados una comida campestre compuesta fundamentalmente por empanada (de eso me sobra) y toda la sidra, rioja y güisqui que sus distinguidos y sedientos invitados sean capaces de trasegar.
Los abstemios-que haberlos, haylos- pueden prepararse un cubata con el agua de la piscina.
Para más información, es preciso confirmar la asistencia a la dirección de correo
lorz.elsubmarinobajoelgrifo.to@gmail.com . Por esta misma vía , se proporcionarán las instrucciones necesarias para acceder al recóndito lugar en el que- temporalmente- se encuentra varado nuestro sumergible.
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(Por motivos de seguridad también se recomienda la confirmación en la sección pública de comentarios, no sea que algún listillo se nos quiera colar y hacerse pasar por el que no es)

sábado, 26 de junio de 2010

Sapos y reproductores

Antes de que se le fuese definitivamente la olla, Rousseau decía cosas tan didácticas como esta:”Hay un libro abierto para todos los ojos: La naturaleza”
Y hoy, estimados blogueros, me he enterado que los sapillos pintojos ibéricos, una vez finalizada su temporada reproductora en charcas y arroyos, se retiran a las praderas, tranquilos escenarios en los que se deleitan con una vida discreta disfrutando de sus hábitos crepusculares y nocturnos.
Y yo, que observo detenidamente a la fauna, y que ya he cumplido sobradamente con mi compromiso reproductor ante la humanidad- (¡4 hijos únicos!)- me pregunto si no será el momento de comenzar la retirada hacia los verdes prados.
¿Hacia los verdes prados? : No, ni de coña.
De hecho, estoy dudando si volver a sumergirme en la charca o en el arroyo.

Sí, se acabaron las dudas, me lanzo de cabeza al río.

Aunque tenga que nadar contracorriente.

jueves, 24 de junio de 2010

Thorton , Solitaria ,y otros animalillos del bosque bloguero

Estaba eliminando del ordenador archivos superfluos , cuando -inopinadamente, escondidas entre la enmarañada jungla de carpetas- aparecieron estas perlas cinematográficas.
Y pensando que la papelera de reciclaje era una tumba poco digna para ellas, he decidido incorporarlas- sin cobrar- al acervo cultural y sumergible de este magnífico y fehaciente blog.

Para posibles reclamaciones- por derecho de imagen y sagrada privacidad- pueden dirigirse a Rita la portera.

martes, 22 de junio de 2010

Imitación, mímesis, camuflaje

Estaba desayunando sosegadamente en una ciudad vecina, cuando, de improviso- como un rayo que cruza la noche- coincidiendo con el primer bocado al cruasán, una severa duda rasgó mis entrañas.
Porque entonces recordé a Platón diciendo que la “mímesis” constituye la apariencia de las cosas en contraposición al mundo de las ideas, y, por tanto, es preciso renunciar a la imitación para adoptar el “relato” (lexis) como narración de la Historia (diégesis).

Pero en cuanto terminé con aquel hojaldre traidor y me apliqué –aun confuso- a la suculenta tostada de mantequilla y mermelada de arándanos, surgió –fantasma entre las migas- el prosaico Aristóteles con sus teorías (y ganas de fastidiar), diciendo justamente todo lo contrario, es decir, que el remedo es connatural al hombre y que la imitación sustenta al aprendizaje.

Y como mientras tomaba el café las sombrías dudas insistían en su obstinada presencia, repetí no solo de cruasán, sino también de untuosa tostada,y lo hice en el pleno convencimiento de que incrementando las calorías decrecerían las incertidumbres.

Y también rumié –como si de un cereal más se tratara- la penosa situación de muchos de mis semejantes que , presos de idénticas dudas tempraneras, ven la salida del túnel aflojando tres agujeros del cinturón para así liberar la gran opresión que los atenaza.
Porque nada hay tan gratificante como respirar en libertad.

¿Tengo o no que imitar? ¿Es lícito, o incluso aconsejable, que copie las actitudes ajenas?

Y sin poseer una clara respuesta a estos interrogantes, salí a la calle, y esto fue lo que observé:






Es cierto que – como señala mi amigo Shakespeare- "hemos venido a este mundo como hermanos y hemos de correr dándonos la mano y uno delante de otro".
Pero no es menos cierto asegurar que: "¡Coño, eso estará bien, pero resulta tan cansado….! "

Moraleja para los que quieran mantener el ritmo:
“Más Platón y menos cruasán”

viernes, 11 de junio de 2010

A por nuestros gobernantes, oé.

Hoy, viernes 11 de Junio, comienza el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Y en este magno acontecimiento planetario, y por primera vez en la historia, parte como favorita nuestra querida selección española.
Sí, “la española”, es decir, “la rojigualda”.
Porque a algunos talluditos - que comemos con la mano derecha- cuando nos hablan de “la Roja”, pensamos que se refieren a La Pasionaria.

Pero yo me consuelo pensando, que si se denomina “roja” por la camiseta, bien podrían haber añadido el azul del pantalón, con lo que pasaría a denominarse “la Blaugrana”.
¡Uf…! ¡Pa cortarse las venas, hermanos!

Sea como fuere, - a la espera de las nuevas subidas de impuestos y el abaratamiento del despido-me parece que en este Mundial hay demasiado “circenses” para tan poco “panem”.

¿No?

PD: Dicen mis hijos- que de esto entienden más que yo- que si persisto en esta censurable actitud de escribir entradas subversivas, la ministra Sinde me va a “banear” (¿“vanear”?) el blog. Que no sé exactamente lo que significa, pero que viene a ser algo así como que me van a mandar a la “putten strassen” en este circunspecto mundo bloguero.
Aunque bien mirado, - cuando alcance ese honorable estatus de “baneado –pringado”-, tal vez sea un buen momento para dedicar mi tiempo de ocio a asuntos más productivos.

jueves, 10 de junio de 2010

Estrés hídrico

Estimados blogueros:
Tras haber sobornado generosamente a la amable “Señorita-Jefa de Recepción” de este magnífico hotel (que ha entendido a la primera que la consulta de los importantes documentos de este submarino no admiten demora, y, consecuentemente, me ha chivado la contraseña de su red inanalámbrica), paso a describiros cómo aconteció la salutífera dilución de las esférulas aveniformes de la entrada anterior.
Y es que conociendo–como bien decía Lessing- que “el que sabe mucho, tiene mucho de qué preocuparse”, paso a proporcionaros los siguientes motivos de desvelo:
¿Sabéis que nuestro cuerpo intercambia al día 1000 veces más de agua que de aire? ¿Y que el agua –como la energía- ni se crea ni se destruye, siendo la que ahora deglutimos un residuo de la alojada en el estómago de los dinosaurios? ¿Y que - poseyendo nuestro organismo un 90% de agua en la concepción, un 80% al nacer, y un 70 % en la edad madura,-el transcurrir de nuestra existencia bien podría interpretarse como un proceso de deshidratación progresiva?
¡Ay, Señor, que estrés hídrico…!
Pues muchas de estas cosas,- pura física-, aprendí mientras me sumergía en los copiosos fluidos que anegaron las enseñanzas del “Instituto para la Recuperación de la Memoria del Agua”.
Pero en ellas no solo atendí a la física, sino también a la metafísica.
Y así, me hablaron de los campos Akhásicos, de Schrödinger y Laszlo, del Agua de Quinton, del baile de la teofanía, del relativismo cuántico, del incierto postmaterialismo , de esa espiritualidad laica que ha cambiado el binomio “materia-energía” por el de “conciencia-percepción”.
Porque, ¿cómo se mide la energía que desprende la sonrisa de un niño?
Sin embargo, estimados blogueros, cartesiano como soy por naturaleza, he de reconocer que lo que más me interesaba era la demostración que – en directo- iba a realizar un auténtico radiestesista, un buscador energético de agua, un zahorí genuino.
Y cuando esperaba surgir ante mis ojos a un anciano curtido en mil batallas, un veterano guerrero avezado en el combate contra la naturaleza hostil, entró en escena un joven – y politraumatizado- motero que comenzó su discurso señalando:
“Antes de nada, estimados amigos, quiero manifestaros que mi sensibilidad energética enlaza directamente con la cosmogonía de los toltecas y los taoístas…”
¡Coño, la verdad es que cuando escuchas eso, te entra un acongoje de mil pares de narices, y sin que puedas evitarlo, el péndulo ya comienza a oscilar…!
Y es que la búsqueda de agua mediante “péndulos –varillas” es un asunto zahorí, pero no baladí, y requiere un detallado rito preparatorio de cuerpo y espíritu:

Pero lo cierto es que al final encontramos agua.
Y aunque lo del agua no estuvo mal, estuvo mejor lo del vino.
Y con él, en franca simbiosis dietética, hasta las recias hamburguesas de soja me supieron a gloria.

domingo, 6 de junio de 2010

Las albóndigas no son para el verano

Siempre que contemplo el cielo estrellado, surge en mi cerebro- como si de una punzada se tratara- la inevitable pregunta: ¿Qué demonios hago yo en medio de esta inmensidad?
Pero cuando esta pregunta se hace a 1000 metros de altitud, en medio de un silencio sobrecogedor, en una aldea perdida en las estribaciones del sistema ibérico, la cuestión adquiere un notable dramatismo.
Y en esas estaba yo, queridos blogueros, aunque denominar aldea a un breve conjunto de una iglesia, dos fuentes, tres casas y cuatro gatos, se me antoja un exceso literario.
Pero sé de sobra que, curiosos como sois por naturaleza, os interrogareis acerca de cómo fueron a parar mis huesos a tan alejado paraje.
Y yo os lo explicaré con dos palabras: Por amor.
Porque, sabedor de la ilusión que le hacen a la señora Lorz los eventos ecológicos, accedí a acompañarla a unas “Jornadas del Agua” que se celebraban en tan recóndita zona.
Abierta la mente a nuevas experiencias, y cerrado el estómago por el hambre atrasada de 8 horas de viaje, llegamos a la hora de cenar. Dejar la maleta y ponerse a la cola del buffet fue todo uno. Mi media naranja, con una mirada sospechosamente tierna, me ambientó la espera:
-Tordon, hay algo que no te he explicado…
Atento como estaba a las viandas y al menaje, no presté mucha atención a lo que trataba de explicarme.
Pero ella insistió:
-Me he olvidado de advertirte que aquí la dieta es rigurosamente vegetariana…
Por un instante un escalofrío me recorrió la espalda, pero pronto comprendí que mi ecológica pareja me estaba gastando una broma, porque a lo lejos, en los recipientes del otro extremo de la barra, unas magníficas albóndigas me contemplaban en actitud lujuriosa.
Así pues, con paciencia, como el cazador que acecha a la presa, fui aproximándome a mi suculento destino, añadiendo al plato, -más que nada para disimular-, algo de lechuga, tomate, cebolla, calabacín, remolacha, brócoli, espinacas y coliflor, insulsos vegetales que, en buena lógica, servirían de guarnición a las deseadas y suculentas albondiguillas.

Tenía mucha hambre, de acuerdo, pero creo que me excedí en el número de esféricas unidades que añadí a mi florido plato.
Pero al primer bocado comprendí con amargura que mi señora no me había mentido, percibí el cruel engaño, entendí en toda su crudeza el viejo dicho que asegura que “las apariencias engañan” y que el sabor de aquel conglomerado de avena en nada recordaba al soñado y sabroso vacuno.
Y ahí me encuentro yo, estimados blogueros, rodeado de albóndigas de pega, envuelto entre aquellas fibrosas pelotas, rumiando (nunca mejor dicho) mi dolor a solas...
No, a solas no, porque, para más inri, se sentó a mi lado un beligerante activista que no hacía más que recordar el desperdicio irresponsable de los recursos alimenticios del primer mundo. No sé, pero tengo la sensación de que mientras pronunciaba su encendido discurso, revisaba de reojo mi plato rebosante de farináceas esferas.
Y así, lentamente, pensando en las bondades que aquel engrudo aportaría a mi colesterolemia, y, más aun, a mi tránsito intestinal, fui deglutiendo lentamente las insípidas pelotillas.
Menos mal que de postre-¡oh cruel destino!- nos sirvieron una ascética manzana asada.
Pero – como bien sabéis- soy un hombre de voluntad férrea, un individuo inasequible al desaliento, un tipo voluntarioso que no se rinde ante los obstáculos y, así, cuando se nos señaló amablemente la dirección del bar, bien pensé que tan frugal colación bien podría suplementarse con un generoso whisky que me ayudara a olvidar las penas y el hambre.
E iba yo pensando si escogería un Chivas o un Cardhu, ya que, al no haber desaparecido mis apetitos desenfrenados, al menos pudieran mis entrañas reconfortarse con la engañosa alegría de los destilados.
Pero mi esperanza se disipó como humo entre los dedos al comprobar que- en aquella surtida barra- mi elección quedaba limitada al té rojo, té blanco, té verde, té negro, té de rosas, té Puehr, té Roiboós, té Chá, manzanilla y menta poleo.
-¿Y dónde está el “te-mato”, querida señora Lorz?
-¡Mecagüen!
No pedí unas galletas para mojar en la valeriana porque, en el último momento, me entró la duda de si, por una más que probable sobredosis de cereal, no acontecería una reacción indeseada entre la avena de la albóndiga y el trigo de las María.

Y ahora comprenderéis, estimados blogueros, por qué al salir del local, triste y abatido, mirara al cielo y me preguntara –lleno de angustia e incertidumbre-el eterno y consabido lamento:

-¿Qué demonios hago yo en medio de esta inmensidad?